jueves, 20 de diciembre de 2007

Provincias Unidas del Sur

...don Gervasio (Artigas) no fue partidario de separar la Banda Oriental de las Provincias Unidas, lo que fue por él proclamado en reiteradas oportunidades, como lo hizo el 9 de Julio de 1814 en el Fuerte de Montevideo, cuando el Director porteño Posadas lo había declarado "traidor a la Patria" y puesto precio a su cabeza: "El Gobierno Suprema de las Provincias Unidas del Río de la Plata será reconocido y obedecido en toda la Provincia Oriental del Uruguay, como parte integrante del Estado que ambas componen" (Archivo General de la Nación).
Lo que nunca se le perdonó al "Protector de los Pueblos Libres" fue que sus delegados a la Asamblea del año XIII -por ello no fueron aceptados- propusieran una organización federal de estados autónomos, que las rentas aduaneras se repartieran entre las provincias y que la capital no estuviera en Buenos Aires.

Pacho O'Donnell, Historias Argentinas. Sudamericana, 2006.
Si el Uruguay fuera provincia argentina,
  • Se evitarían discusiones boludas sobre el nacimiento de Gardel.
  • En fútbol, la Selección sería tetracampeón mundial.
  • El Enzo hubiera representado nuestros colores y junto con Rubén Paz, Alzamendi y Maradona hubieran hecho estragos en México '86 y en Italia '90. Y, quizás, una estrella más posaría arriba del escudito de la AFA.
  • Mario Benedetti escribiría "Montevideanos y porteños" (?).
  • Una mala: probablemente hubiéramos tenido una dictadura bastante larga: de aproximadamente 10 años o más.
  • Se evitaría el conflicto por las pasteras. Una iría sobre el río Limay y otra se instalaría en Colonia y chau (?).
  • Recoba hubiera jugado en River (?).
  • Artigas sería más reconocido, al igual que el federalismo.
  • Hubiéramos sido la "Suiza de América", además del "Granero del Mundo".
  • Alfredo Zitarrosa hubiera peleado el podio del "Gen Argentino" (?), al igual que Obdulio Varela.
  • Maradona viviría en Punta del Este (?).
  • El ex-presidente de la República Oriental, Jorge Batlle no hubiera expresado el agravio de que los argentinos eramos todos chorros porque el iba a estar incluido.
  • Se hubiera construido el dichoso puente del Río de la Plata que iba a unir Montevideo con Buenos Aires.
  • El dulce de leche "Conaprole" no existiría, porque "La Serenísima" lo hubiera anexado a su imperio.
  • Berugo Carámbula no haría de portero ni caracterizaría a personajes llamados Wilson o Washington, sino se llamarían Juan Domingo o Diego Armando.
  • Natalia Oreiro sería madrina de la Selección (?).
  • Hoy estaríamos viviendo en un país distinto. Sin dudas.

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lunes, 17 de diciembre de 2007

Meó afuera del tarro


Hace unos días, cité un artículo de José Pablo Feinmann en este post. Otra vez, ofrezco otro artículo del (cada vez menos querido) autor de La Sangre Derramada, entre otros libros. Parece que el hombre quiere ser gran protagonista del blog (?).

No creo que me salga un texto cauteloso. Algo así como: “Tené cuidado. Al principio siempre seducen. Pero después te desilusionan y quedás pagando”. Miren, si quedo pagando, quedo pagando. No me voy a privar de la sinceridad ni del entusiasmo por eso.
¿Fue previsor? Más o menos. Mejor continuemos:

Usar la palabra es usar la inteligencia. Cristina F no leyó. Miró a todos, a todos los que estaban en la sala del Congreso y empezó a hablar con una seguridad apabullante. Sobre todo para esos grandes machos que la habían precedido en el puesto, vacilantes, levantando apenas la mirada de los papeles, dando la clara muestra de estar diciendo ideas que les habían dictado. Las ideas que venían a cumplir. Tampoco Cristina F dio –por medio de su uso de la palabra– la imagen de algún célebre “Guitarrero” del pasado. Ricardo Balbín podía hablar horas y no necesitaba leer. Pero le faltaba concisión y apelaba a giros y metáforas de cuarta o quinta categoría. No usaba la palabra, la “charlataneaba”. Le quitaba rigor. Cristina F habló con precisión. Se adueñó de la palabra para expresar sus ideas. ¿Quién podría dudar de que fueron suyas? Una mujer, señores. Qué lección. A su lado, ayer, todos los hombres palidecieron. Abran paso, para bien del mundo: se vienen las minas.

(...)

Hablar sin leer no es improvisar, como ya andan diciendo algunos de esos periodistas que dicen “de que” antes de empezar a hablar y que son el azote bruto y fascistoide de nuestras radios. Hablar sin leer es saber tenazmente lo que uno quiere decir. Saberlo porque se lo ha pensado mucho. Quienes son o han sido mis alumnos saben que eso es exactamente lo que hago en mis clases. No es por arrogancia. Es porque no someterse a la estructura dada de un texto escrito le permite a uno la creatividad pura en el momento exacto, preciso en el que habla.

(...)

también se permitió la emoción. Y hasta casi el descontrol. Fue cuando recordó a Eva. A quien nombró así, Eva. Tan inusualmente. No Evita, Eva. Y dijo que era ella la que debió estar ahí, “donde ahora estoy yo”. Y después habló de su militancia joven, y de las Madres y de los juicios a los genocidas.

Pero usar tan brillantemente, con tanta exactitud y minuciosidad la palabra tiene un riesgo. O, sin duda, una enorme responsabilidad. A esa palabra tan corajudamente usada no podemos sino (nosotros, que la escuchamos) tomarla. Porque la palabra se usa y la palabra se toma. Cristina F: le tomamos la palabra. Hoy, convencidos por tanta inteligencia y pasión, le creemos. Pero quedamos a la espera. No la espera fácil de sentarnos a esperar que usted se la juegue sola y cumpla. Se tratará de una espera esperanzada y militante. Porque nosotros también (y muchos más como nosotros, muchos otros argentinos que no son materia dócil de las usinas de la charlatanería estiercolera y cretinoide, sino que piensan por sí mismos y tienen todavía valores morales y utopías locas) creemos que al terrorismo se lo combate con los derechos humanos. A la delincuencia con el trabajo y la inclusión. A los empresarios bajándoles sus rentabilidades opulentas para poder hacer barrios en los arrabales, escuelas. Nosotros –sobre todo esto Cristina F– también creemos que mientras exista un pobre, un marginado, un excluido, este no será un país justo. Y porque creemos esto es que le tomamos la palabra. A usted, que tan bien la usó, se la tomamos para que la cumpla. Y si la cumple, vamos a estar ahí. Como muchos otros. Que hoy le creyeron y quieren (y acaso necesitan como el pan de cada día) seguir creyéndole.
A mi no me incluyas, la concha de tu madre. Me parece que se desbocó el amigo José Pablo, o se está desbocando (basta con mirar este otro artículo) progresivamente.
Basta con leer un poquito para saber que a los políticos no hay que creerles NADA. Y en Argentina eso lo tenemos que saber de una, hubo mejores oradores que Cristina a lo largo de la historia, mucho mejores y sin embargo, cumplieron poco y nada con su palabra.
Feinmann, para mí, pecó de ingenuo al mango, ¿Cómo te podes desbocar por el discurso edulcorado de una tipa que tiene buena retórica? Es decir, sabiendo que de las palabras a los hechos hay una distancia de la puta madre en la política nuestra. Ojo, coincido en eso de que dar discursos sin leer algo, no es improvisar, demuestra la inteligencia, la capacidad del orador. Pero nada más, no quiere decir que hay que tomarles la palabra, más sabiendo que ya los argentinos les tomamos la palabra a oradores más capaces y así nos fue, como el orto.
No, a mi no me incluyas, ni en pedo. Hay que ser más pragmáticos que ellos, no hay que tirarse a la pileta porque después te encontrás con que está vacía.
Que le vaya a pedir a su querida Cristina que el explique Skanska, Antonini Wilson, Miceli y demás... ¿tanta papota te ofrecieron para que te mandes este artículo? Otro intelectual que se va de mambo y mea a 400 km del tarro.

Salir en una foto al lado de Moyano,
es como invitarte a tu propio entierro...

Influyó: Mide/No Mide


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sábado, 15 de diciembre de 2007

"Tenemos derecho a elegir la salsa con la que seremos comidos"



El célebre Eduardo Galeano nos habla de diversas cuestiones como la libertad de expresión, el manejo del mundo, los medios de comunicación y otras cosas, sin dejar de lado nunca el humor y la ironía. La conferencia data del año 2004, pero no deja de ser actual.


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miércoles, 12 de diciembre de 2007

Andate a la concha de tu madre

2 Momentos que marcan la desconfianza que debo tener con ciertas gentes.

Momento 1.
Coordenadas: Florida y Av. Santa Fé (Pza. San Martín).
Situación: busco a alguien para preguntar por una calle.

Me encontraba por Florida, ya en el final de la famosa peatonal cuando me preguntaba para donde mierda estaba la calle Suipacha. Entonces, empiezo a buscar alguien idóneo que me sepa contestar la pregunta y ¡taraaan! veo a un policía que estaba custodiando un local y digo, "listo, el hombre me quitará la duda".

- Oficial, una pregunta, ¿La calle Suipacha?
- ¿Suipacha? Ehheee si, tenés que cruza la plaza y andate para Libertador. Y ahí doblás a la izquierda.
- Bueno, gracias.

Yo, que conocía menos de lo que conozco ahora las calles de Buenos Aires, cumplí al pie de la letra las indicaciones del gorrabuchón. El hombre, me hizo dar toooda una vuelta, como un pelotudo, para encontrar la puta calle. Fui hasta Libertador, caminé y empecé a ver los carteles de las calles. Cuando veía que "Suipacha" no aparecía, le pregunté al portero de un edificio. El hombre me dijo que era la próxima y efectivamente así fue. Doblé en la mencionada calle y empecé a caminar hasta encontrar la altura que estaba buscando.
Si el forro del rati me decía que tenía que ir por Santa Fé un par de cuadras a la izquierda, me hubiera ahorrado un montón de tiempo. Después dicen que están al servicio de la comunidad, para eso, me tendría que haber dicho que no sabía y listo.

Momento 2.
Coordenadas: Av. Ricardo Balbín y Av. Congreso.
Situación: Pregunta al colectivero de la línea 67 si se dirigía al Htal. Británico.

Tuve que esperar hasta que apareciese el mencionado transporte. Pasaron unos minutos y finalmente arribó a la parada el colectivo cuyo color predominante es el rojo (o bordó, para los más detallistas). Observo mi reloj y veo que tengo un tiempo considerable para llegar con puntualidad a destino. Procedo a subir al colectivo pero, antes, precavido, pregunto por si las moscas:

- Una pregunta, ¿va al Hospital Británico?
- (el tipo me mira como si le hubiese preguntado la capital de Georgia) Eeeeh, no, no.
- ¿Y este es el único colectivo con este cartel o hay otro? Es en Perdriel y Av. Caseros...
- No, no. Fijate el de Dorrego.

Bajé, putié, miré la hora y dije "cagué". Esperé a ver si venía otro bondi con el cartel "Dorrego" pero no pasaba nada. Pasó uno completamente lleno al que ni me digné a parar. Cuando vi que pasaba el tiempo grité la concha su madre (pero no pisé caca de perro) y me fui para Cabildo.
Ah, cabe añadir que revisé la mítica "Guía T" y pude re-certificar (sí, re) que el 67 iba para al Hospital Británico.


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sábado, 8 de diciembre de 2007

Se va "el Flaco"


Algunos extractos de un artículo de José Pablo Feinmann (publicada días después) sobre la asunción a presidente de Néstor Kirchner, el 25 de Mayo de 2003. .
El Flaco se llama Néstor, como el Presidente. También podría decirse –sin faltar a la verdad– que el Flaco es el Presidente, porque el Flaco, desde el domingo 25 de mayo de 2003, es el Presidente de este país en que todos estamos y también él; nosotros como ciudadanos, él como Presidente. Pero cuando amaneció el 25 el Flaco todavía no era el Presidente. Le tenían que poner la banda, tenía que jurar, saludar a los granaderos, advertirles a los ministros que Dios y la Patria les iban a demandar algo que jamás le demandaron a nadie, así estamos. Entonces, volvemos: empieza el 25 y el Flaco todavía no es Presidente. Para colmo, le hicieron una trampa muy fea, tan fea como podía hacerla el Gran Tramposo, que se bajó del ballottage y lo bajó al Flaco del 70 por ciento al que, cómodo, llegaba. Porque el Flaco, además de Flaco, es alto, de modo que puede llegar al 70 por ciento y hubiera llegado si no fuera porque el Gran Tramposo, que, entre otras calamidades, es muy petiso, no se hubiera bajado, pero se bajó y no hay quién no sepa por qué, el Gran Tramposo se bajó porque cuando sus Amos le dicen “Suba”, él sube, y cuando le dicen “Baje”, él baja, y esta vez le tocó bajar.
Supongo que todos saben quien es el Gran Tramposo, ni hace falta aclararlo. Además, decirle "gran tramposo" es poco insulto, es quedarse corto. Merece eso y mucho más ese hijo de puta.
Volvemos al Flaco. Que, la sinceridad ante todo, no se había lucido durante la campaña electoral. Le decían mucho lo de Chirolita. Que Duhalde lo chiroleaba. Que era el Chirolita de Duhalde. Cosas así. Y el Flaco hablaba aquí, hablaba allá, hablaba donde podía, pero no lo escuchaban mucho. Para qué lo voy a escuchar al Flaco –pensaban todos–, si abre la boca y habla Duhalde, para eso lo escucho a Duhalde, que, por suerte, habla poco, ya que la juega de Prócer Prescindente o de Presidente en Tránsito. Y uno no escuchaba a nadie, ni a Duhalde ni al Flaco. Sin embargo, el Flaco lo necesitaba a Duhalde (y seguramente lo sigue necesitando, pero ésta es otra cuestión) porque el Gran Jefe Bonaerense tenía lo único que restaba de un país que se llamaba Argentina, tan hecho polvo, tan amainado que sólo le restaba un aparato, el duhaldista.

(...)

De modo que el Flaco se pregunta qué tiene y tiene dos cosas: el frío patagónico y el aparato de Duhalde. Llega con esas dos cosas. Se banca lo de Chirolita y empuja. Por fin, gana. Pero por descarte. Gana porque el Otro, el Gran Embaucador, se va. O sea, el Flaco, que llegó como Chirolita, que llegó por medio de Otro, del Gran Caudillo Bonaerense, gana por defección de Otro, del Gran Embaucador. No soy yo, se dice. Soy un resultado. Llegué por Otro y gané por Otro. Llegué porque Otro me hizo llegar y gané porque Otro decidió huir. Entonces, en esta feroz encrucijada, el Flaco toma la decisión de su vida. Decide inventarse. Sabe, como el hombre sartreano, que es nada. Pero sabe que esa nada le abre el infinito, la tarea vertiginosa de ser sus posibilidades, de elegirse, de darse el ser.

(...)

¿En qué momento empieza a inventarse, a crearse, a darse el ser el Flaco? Cuando el Gran Embaucador renuncia. Ahí se pone frente a un micrófono y dice: “Sólo este rostro nos faltaba conocerle: el de la cobardía”. Caramba, qué frase. Algo así no sale del aparato duhaldista. Los aparatos dan muchas cosas. Poder, por ejemplo. Pero no inteligencia, que es, siempre, más que el poder, ya que es su creación y no su mera acumulación burocrática.
¿Cuántos analistas, periodistas, personas comunes y demás afirmaron que K era el nuevo De la Rúa? Que le faltaba espalda para hacerse cargo del timón, que no podía enfrentar a la crisis. Porque en este país, cuando no te desestabilizaba la pueblada o la milicada, eran los resultados económicos los que te daban una patada en el tujes. Y "el Flaco" le hizo frente y engordó la chequera. Se cagó de risa del forro de Duhalde y del pelotudo de Lavagna. A Roberto le dijo "no te necesito, vos no hiciste un carajo", se fue el ahora opositor y la economía no trastabilló y siguió avanzando.
Pero a pesar de haberse despegado de Duhalde y sus secuaces, dudo que K no utilice las mismas recetas para acumular poder que usa el duhaldismo.
Las críticas al Turco, es cierto, le dieron crédito. Porque no era un tipo muy conocido que digamos, solo en el ámbito pura y exclusivamente político. Pero "el Flaco" de Santa Cruz no se alejó por completo del menemato, es recontrasabido que hay funcionarios suyos que formaron parte de la segunda década infame. Entonces, ¿qué se dice a ésto?: Mucho ruido y pocas nueces.
Sin embargo, hay aspectos en que se diferencian ambos gobiernos: política internacional, política económica, algo de política cultural, educativa y social. Pero éstas últimas sin grandes transformaciones. El futuro ex-presidente no aprovechó la volada transformadora (en educación, salud, nacionalización de recursos, por ejemplo) que se está desarrollando en varios países de Sudamérica. No, tuvo una postura más conservadora y no agitó mucho el bote.
El cambio más trascendental, fue el asunto de los DDHH. Ahí, nuestro amigo "el Flaco" decidió hacerse "amigo de las víctimas" y empezó a promover los juicios a los represores y dio el visto bueno a la inconstitucionalidad de algunas leyes que sostenían la impunidad. Sin embargo, sufrió golpes graves como la desaparición de JJ López.
Ah, y otra cosa con respecto a las críticas al nefasto indultador riojano: ¿don Feinmann se olvidó de los abrazos de Kirchner y M*nem en los '90s? Las críticas son loables, pero observemoslá con cuidado. El pasado lo condena al hincha de Racing.
Después el Flaco va al programa de la Señora que Almuerza. Y la Señora que Almuerza le dice eso tan feo, lo del zurdaje que se viene. Y el Flaco le dice Señora, por esa frase, Señora, murieron treinta mil personas en este país. Y todos empiezan a decir El Flaco es Zurdo, qué Zurdo es el Flaco, qué Zurdaje se viene, cuánta razón tiene la Señora. Pero el Flaco sigue. Es posible conjeturar, aquí, que el Flaco está acostumbrado a que le digan zurdo.
Ahora es el 25. Y el Flaco hizo venir a cada gente, vea. Gente que, pongamos por caso, si ganaba López Murphy, no venía. Pero ganó el Flaco y vinieron. Fidel, Chávez, Lula, un horror. Una verdadera acumulación de zurdaje. Pero el Flaco los quería tener porque es afecto a los buenos recuerdos y dijo, después, en el discurso, que tenía algunos, algunos buenos recuerdos, el de la plaza del 25 de mayo de 1973, por ejemplo, la de Cámpora, Allende y Dorticós. Y dijo pertenezco a una generación diezmada. Y ahí –los que todavía no se habían dado cuenta, se dieron cuenta para siempre– ¡el Flaco es un Flaco de la Jotapé! El Flaco es un Flaco del setenta. Un Flaco de la izquierda peronista. Y si no, vean esa foto que aparece en los diarios: el Flaco, más flaco que ahora, como declinando en una silla, los brazos cruzados, escucha a dos o tres barbudos, circa 1972, en Río Gallegos, y los dos o tres barbudos son la imagen de la subversión, son perucas de izquierda de los más bravos, y por ahí el único que queda de esa foto es el Flaco, que los mira y aprende, y cree que del peronismo puede salir algo así como el socialismo, mirá vos las cosas en que creía el Flaco, si habrá sido joven, si habrá sido gil, creer eso, creer eso en lo que creyó la generación más revolucionaria de la historia de este país, la más castigada, la diezmada, como dijo el Flaco. Creer eso, creer que de un movimiento político con un general nazi a su frente podía salir la lucha de clases y la liberación nacional. Pero hay que comprender: el Flaco, en esos años, no leía a Uki Goñi sino a Fanon, a Cooke, a Jauretche, a Hernández Arregui. Y hasta, me juego, el Flaco leía la revista Envido, la única revista teórica que hizo la izquierda peronista, escrita, desde adentro, por flacos de la misma edad que el flaco, que eran, en ese entonces, tan flacos como él, y tan jóvenes y tan apasionados.
Sí, bah, yo no me esperaba que a la asunción de K iba a venir Fidel. A Chávez ni lo conocía y a Lula tampoco. La figura más importante fue el cubano, sin dudas. Y que venga, me sorprendió, dio ese discurso maratónico en la Facultad de Derecho y más de uno habrá pensado que se terminaban las relaciones carnales con los yankees, que ibamos a mirar más tierra adentro y que el Pingüino iba a ser el gobernante más progre que tuvo el país. Parecía que con K había un soplo de aire fresco, que se iba a comer a los chicos crudos.
Finalmente, el progresismo lo guardó en la heladera y se quedó con el pragmatismo. Reitero: no agitó mucho el bote. Más allá de las amistades con Evo y Chávez, el hombre no hizo grandes cambios como lo éstan haciendo aquéllos colegas en sus respectivos países.
En "el Flaco", la "centroizquierda" de la que se hablaba no era tal (o se mostraba a cuentagotas). Muchas cosas, las dejó como estaban, otras las retocó y muy pocas cambió.
Y por fin, el domingo, el Flaco gana por goleada. Se come la cancha. Se mete a la gente en el bolsillo. Se hace querer. Se crea a sí mismo. Es un flaco como cualquier otro. Cruza hacia el Congreso. Jura. Juega con el bastón. Tiene el saco desabrochado. Y ahí está Lula. Y Castro. Y Chávez. Y el Flaco está feliz. Y con un ojo los mira a todos. Y con el otro, con el sartreano, de costadito la mira a Cristina.
Es cierto, hubo una primavera kirchnerista. Personalmente, yo adherí a ella, pero luego me fui dando cuenta de que éste gobierno mostró uñas que ya uno observó en el pasado y que no tenían mi agrado. Su gobierno empezó a mear fuera del tarro, aparecieron valijas tropicales, bolsas con guita en los baños, "desapariciones" un poco raras y chau... No se puede tolerar de nuevo que en nuestro país vuelvan éste tipo de escándalos.
Esperaba grandes cambios con "el Flaco". Su gobierno tuvo el raro privilegio de que podía aplicar transformaciones porque no había un Imperialismo detrás acechándolo (estaban muy preocupados en Medio Oriente) y porque había gobiernos coincidentes en ideología en América Latina que empezaban a criticar el neoliberalismo (que "el Flaco" también defenestra) y que hablaban de recuperar los recursos y de cambiar cosas. No se tomaron de las manos todos, K sonreía en las cumbres internacionales pero en casa apostó por conservar las cosas como estaban. Apenas, apenitas, algunos cambios. Creo que el gobierno de su esposa todavía está a tiempo de producir grandes transformaciones en materia educativa, judicial, económica y de salud, pero no creo que las aplique (ojalá me equivoque).
En fin, ¿qué sensación me deja el gobierno del "Flaco"? Que podría haber hecho mucho más y no se animó. O se hizo el boludo.




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miércoles, 5 de diciembre de 2007

Alejensé que hace daño


¿Por qué a los ídolos argentinos les cuesta tanto mantener la coherencia? Para muchos, estas personas que solemos ver con frecuencia en los medios de comunicación, son un espejo en el que la sociedad quiere reflejarse.

Se podrá decir que la incoherencia del ídolo es producto de una sociedad incoherente: que festejó a rabiar el retorno de la democracia, que fue menemista y después antimenemista, que vitoreó las desiciones alcohólicas de un dictador y que después festeja a Kirchner descolgando los cuadros de Videla en la ESMA...

Ver a Maradona abrazado a Fidel me genera simpatía (quizás, porque uno congenia más con las ideas del líder cubano). Cuando lo veo sacándose fotos con Mende$ o dedicándole su libro al indultador, me dan ganas de acogotarlo. ¿Por qué no guardar un mínimo de coherencia y respeto para quiénes lo aclaman tanto?
Maradona tuvo la brillante idea de armar un sindicato de futbolistas que defendiera los derechos de los jugadores. Lamentablemente, esa idea que se acercaba más al izquierdismo que al neoliberalismo salvaje de M*nem, no prosperó. El Diego es el que tira mierda contra la FIFA, el que dice, con franqueza, que Havelange "le vende las armas a uno y las balas a otro". Es el que ataca a Duhalde, el que está peleado a muerte con la Iglesia, pero también es el embajador "itinerante" del Turco de Anillaco y es el que apoyó su reelección en 1995.

Charly García es otro de los "próceres" (a esa altura quieren llevarlo) de nuestra era. Más allá de barrileteadas como la de tirarse del 9no piso o la de querer ser original rompiendo todo, o pegarle a periodistas, el vocalista de Serú Girán es el que canta con las Madres de Plaza de Mayo en el aniversario número 30 del último Golpe de Estado perpetrado en la Argentina. Cuando toca al lado de Bonafini, seguramente el hombre del bigote bicolor querrá esconder sus visitas a la Quinta de Olivos cuando la segunda década infame o las fotos que se sacaba con el ex-presidente nacido en La Shioja.


¿Porque estos sujetos prefieren tomar el micrófono y hablar sobre cuestiones políticas con todos los riesgos que ello implica? Al ser la política materia tan escabrosa, ¿no les será más conveniente no tomar partido por nadie y mantenerse ajeno? Quizás, es una postura conservadora, pero de ese modo no perderían adeptos en lo que refiere a su condición humana (queda claro que las condiciones futbolísticas de Maradona son inobjetables) y cuando nos vayamos a referir al nacido en Lanús, solo nos vamos a ocupar de cuestiones futbolísticas y no extradeportivas (aunque el Pelusa no solo hace ruido hablando de política).
Yo creo que por más que Maradona o García digan que sean "la voz de los sin voz", los ejemplos citados en este post hacen que uno los tome cada vez menos en serio. Y son ellos, los que tienen la oportunidad de que los medios los busquen y le ofrezcan un micrófono para que digan lo que se les cante.
Hace un tiempo, en una entrevista, Say No More dijo que era radical... Como diría Lionel Hutz, no más preguntas.

Los intelectuales tampoco se salvan de la contradicción. Leopoldo Lugones, quien decoró las letras argentinas en los años '20 y antes y después también, fue otros de los que tuvo una incoherencia horriblemente asombrosa. Lugones fue un personaje que era más conocido en el ambiente artístico y cultural, seguramente en la plebe no era alguien del que se hable seguido.
El padre de Polo Lugones, junto con José Ingenieros, quiso fundar una colonia socialista en el Paraguay (proyecto que no prosperó). Posteriormente, el autor de La Guerra Gaucha vivió una transformación política: fue anarquista, luego nacionalista y no conforme con eso desembocó en el fascismo. Luego del golpe de facto propiciado por Uriburu y que derrocó a Yrigoyen, Lugones dijo: "Ha sonado una vez más, para bien del mundo, la hora de la espada".
Se ve que el hombre tenía un raye tremendo porque se terminó suicidando, en Tigre, el 18 de Febrero de 1938.

Creo que queda claro que en los ejemplos citados, los cambios de opinión/acción son bruscos.
Se pasó de blanco a negro, no hubo grises de por medio. El caso de Borges, un tipo que no le gustaba la política pero, sin embargo, era un ferviente antiperonista y no dudó en apoyar el golpe de Estado de Videla (se entrevistó con él, además anteriormente le había dicho a Pinochet que deseaba "200 años de dictadura") y que luego tuvo simpatías con el triunfo de Alfonsín en el retorno a la democracia, por el hecho de que el Peter Sellers argentino derrotó al peronismo.
Dentro de todo, el hombre siguió una ideología (antiperonista, liberal, que no creía ni en la democracia ni en el Estado; posteriormente JLB se declaró anarquista) que no sufrió cambios bruscos como ocurría con el autor de Los Dinosaurios o con el padre de Dalma y Gianina. Es más, el autor de Ficciones, se arrepintió (algo que en DAM y en CG parece que no se va a dar) de su apoyo a la dictadura y firmó más de una solicitada por los desaparecidos.

Personalmente, aprecio a aquéllos artistas y deportistas con conciencia sobre la sociedad en la que están viviendo y que buscan hacer algo para mejorarla. Es algo que nadie les pide que lo hagan y sin embargo lo hacen. Pero a los que no tienen un interés en la política y sin embargo toman partido, hay que tomarlos con pinzas porque pueden caer en el pozo de la incoherencia, como pasa con Maradona y con García que son personajes símbolo de la sociedad argentina. Y son proclives a generar más críticas que elogios. Porque queda claro que una cosa es Cortázar donando fondos a los presos políticos de la dictadura, que García tocando con las Madres. Queda claro que cosa es más noticia que la otra. ¿No?


Diego: Mirá lo que Fidel decía del gobierno de tu amigo Carlos Saúl.
Ahora, observá lo que el Caurlo dijo de Fidel.

Charly: Mirá lo que Bonafini dice de Mende$.


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lunes, 3 de diciembre de 2007

Venas Abiertas

Me mandaron por mail esto (esperar unos segundos para descargar).


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sábado, 1 de diciembre de 2007

Enfrentamiento de posturas


Por medio del muy buen weblog, Blog de Contenidos, pude enterarme del enfrentamiento entre Pablo Llonto y Magdalena Ruíz Guiñazú. Llonto es un periodista que trabajó para Clarín y que actualmente escribe para "Caras y Caretas", entre otras publicaciones. MRG, como se sabe, es una periodista de larga trayectoria, que fue parte de la CONADEP y que tiene varios reconocimientos a su labor periodística y a su lucha en pro de los DDHH.

Llonto además es abogado de la familia de Diego Muniz Barreto, un ex diputado del PJ asesinado durante la dictadura. Asesinato en el que se ve involucrado el subcomisario Luis Abelardo Patti y por el que se encuentra tras las rejas, en estos momentos.

Ambos colegas tuvieron una discusión jugosa en una entrevista radial que el programa de Ruiz Guiñazú le concedió a Llonto para que habla sobre como transcurre el caso Patti.
Llonto acusó que en tiempos del oprobio, muchos periodistas fueron silenciados o permanecieron en silencio, y no hablaron de lo que estaba sucediendo con los ahora "desaparecidos", de las atrocidades que ocurrían en la ESMA; tambien sostuvo que Patti estuvo protegido por el poder al igual que la señora Ernestina de Noble (Llonto escribió una biografía sobre la dueña de Clarín). A Magda eso no le gustó un joraca, y dijo que Llonto estaba desviando el tema, que éste se creía el dueño de la verdad y que no era el punto a tratar en el reportaje. La vieja se sacó y mucho. Llonto le respondió que no, que mucho tiene que ver el periodismo en el tema con los que son custodiados por el poder. Que en la democracia no hay miedos, y que sin embargo, nadie ataca a los protegidos por la impunidad. Y así continuó la cosa.
La periodista no paró de interrumpir a Llonto e incluso pidió un poco de respeto al decir "no me tutee, porque yo a ud. no lo conozco", cuando ella era la que levantaba la voz, no paraba de interrumpir al entrevistado y, además, tratarlo de pelotudo al decir que éste hablaba de "cosas que las sabe todo el mundo".
Lo de Llonto fue totalmente destacable, primero, porque criticó a E.H. de Noble frente a alguien que trabajó hace poco en un medio que pertenece a la órbita del Grupo Clarín; y segundo, porque siempre habló con total respeto hacia Guiñazú. La conductora de "Magdalena Tempranísimo", en cambio, como se dijo, nunca dejó terminar lo que decía Llonto, no lo dejó explayarse completamente. Además de que hizo todo a su alcance para exonerar a la dueña de Clarín de las acusaciones de Llonto. Para mandarla a la concha de su madre a la vieja irrespetuosa.

En la extinta revista "Un Caño", Pablo Llonto elaboró una nota en la que habla sobre la reaparición de un Maradona sano. Sucedía que el Diego volvía a las andadas con su programa de TV que a muchos nos hizo ir a la cama antes de las 12. En dicha nota, Llonto recordó su pasado como periodista del Gran Diario Argentino. Veamos:
... luego del éxito del Mundial de México, se me pidió desde la embajada de Cuba en la Argentina que los ayudara a tender un puente con Diego para concretar una invitación: la agencia de noticias Prensa Latina lo había elegido "El deportista del año" y la ceremonia de premiación se haría en La Habana. Me acompañaba un amigo y compadre que también creía en utopías revolucionarias. Con Carlos Bonelli fuimos al departamento de Libertador y, luego de una larga charla, instalamos el tema Fidel, un desconocido para el Diego de esa época, estaba de por medio, con los fantasmas que aún representaba. Maradona aceptó viajar a Cuba.
Cuando lo hizo por primera vez, Carlos lo acompañó y me mandó un primer informe telefónico. "Recorrimos las calles de La Habana y me dijo con asombro: '¡Qué fenómeno este país, no vi un solo pibe decalzo'." Era una buena historia y la contamos en Clarín, el diario en el que Joaquín Morales Solá prohibía las palabras Che Guevara, en plena democracia.

(...)

Pocos se enteraron que, en 1992, cuando Clarín me había prohibido el ingreso al diario como represalia por mi actividad sindical, Maradona se negó a darles reportajes al diario "hasta que no lo reincorporen a Shonto". Así me llamaba. Él jamás me lo había dicho.
Acá está la transcripción de una parte de la entrevista.

Y acá pueden escuchar el audio de la nota.

El reportaje más esto, me llevo a confirmar que MRG es una reverenda sorete y que perdió todo el respeto que le tuve. Un lobo con piel de cordero terminó siendo.


"Se va acabar, se va acabar, la Dictadura Militar".
(cántico popular de las hinchadas, al final del Proceso)


"América con almas destruidas,
los chicos que mata el escuadrón,
suplicio de Mugica por las villas,
dignidad de Rodolfo Walsh.

Todo está cargado en la memoria,
arma de la vida y de la historia."
(León Gieco - La Memoria)


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