¿Por qué a los ídolos argentinos les cuesta tanto mantener la coherencia? Para muchos, estas personas que solemos ver con frecuencia en los medios de comunicación, son un espejo en el que la sociedad quiere reflejarse.
Se podrá decir que la incoherencia del ídolo es producto de una sociedad incoherente: que festejó a rabiar el retorno de la democracia, que fue menemista y después antimenemista, que vitoreó las desiciones alcohólicas de un dictador y que después festeja a Kirchner descolgando los cuadros de Videla en la ESMA...
Ver a
Maradona abrazado a Fidel me genera simpatía (quizás, porque uno congenia más con las ideas del líder cubano). Cuando lo veo sacándose fotos con Mende$ o dedicándole su libro al indultador, me dan ganas de acogotarlo. ¿Por qué no guardar un mínimo de coherencia y respeto para quiénes lo aclaman tanto?
Maradona tuvo la brillante idea de armar un sindicato de futbolistas que defendiera los derechos de los jugadores. Lamentablemente, esa idea que se acercaba más al izquierdismo que al neoliberalismo salvaje de M*nem, no prosperó.
El Diego es el que tira mierda contra la
FIFA, el que dice, con franqueza, que
Havelange "le vende las armas a uno y las balas a otro". Es el que ataca a Duhalde, el que está peleado a muerte con la Iglesia, pero también es el embajador "itinerante" del
Turco de Anillaco y es el que apoyó su reelección en 1995.
Charly García es otro de los "próceres" (a esa altura quieren llevarlo) de nuestra era. Más allá de barrileteadas como la de tirarse del 9no piso o la de querer ser original rompiendo todo, o pegarle a periodistas, el vocalista de Serú Girán es el que canta con las
Madres de Plaza de Mayo en el aniversario número 30 del último Golpe de Estado perpetrado en la Argentina. Cuando toca al lado de Bonafini, seguramente el hombre del bigote bicolor querrá esconder sus visitas a la Quinta de Olivos cuando la segunda década infame o las
fotos que se sacaba con el ex-presidente nacido en
La Shioja.
¿Porque estos sujetos prefieren tomar el micrófono y hablar sobre cuestiones políticas con todos los riesgos que ello implica? Al ser la política materia tan escabrosa, ¿no les será más conveniente no tomar partido por nadie y mantenerse ajeno? Quizás, es una postura conservadora, pero de ese modo no perderían adeptos en lo que refiere a su condición humana (queda claro que las condiciones futbolísticas de Maradona son inobjetables) y cuando nos vayamos a referir al nacido en Lanús, solo nos vamos a ocupar de cuestiones futbolísticas y no extradeportivas (aunque el
Pelusa no solo hace ruido hablando de política).
Yo creo que por más que Maradona o García digan que sean "la voz de los sin voz", los ejemplos citados en este post hacen que uno los tome cada vez menos en serio. Y son ellos, los que tienen la oportunidad de que los medios los busquen y le ofrezcan un micrófono para que digan lo que se les cante.
Hace un tiempo, en una entrevista,
Say No More dijo que era radical... Como diría Lionel Hutz,
no más preguntas.
Los intelectuales tampoco se salvan de la contradicción.
Leopoldo Lugones, quien decoró las letras argentinas en los años '20 y antes y después también, fue otros de los que tuvo una incoherencia horriblemente asombrosa. Lugones fue un personaje que era más conocido en el ambiente artístico y cultural, seguramente en la plebe no era alguien del que se hable seguido.
El padre de
Polo Lugones, junto con José Ingenieros, quiso fundar una colonia socialista en el Paraguay (proyecto que no prosperó). Posteriormente, el autor de
La Guerra Gaucha vivió una transformación política: fue anarquista, luego nacionalista y no conforme con eso desembocó en el fascismo. Luego del golpe de facto propiciado por Uriburu y que derrocó a Yrigoyen, Lugones dijo:
"Ha sonado una vez más, para bien del mundo, la hora de la espada".
Se ve que el hombre tenía un
raye tremendo porque se terminó suicidando, en Tigre, el 18 de Febrero de 1938.
Creo que queda claro que en los ejemplos citados, los
cambios de opinión/acción son
bruscos.
Se pasó de blanco a negro,
no hubo grises de por medio. El caso de
Borges, un tipo que no le gustaba la política pero, sin embargo, era un ferviente antiperonista y no dudó en apoyar el golpe de Estado de Videla (se entrevistó con él, además anteriormente le había dicho a Pinochet que deseaba
"200 años de dictadura") y que luego tuvo simpatías con el triunfo de Alfonsín en el retorno a la democracia, por el hecho de que el
Peter Sellers argentino derrotó al peronismo.
Dentro de todo, el hombre siguió una ideología (antiperonista, liberal, que no creía ni en la democracia ni en el Estado; posteriormente JLB se declaró anarquista) que no sufrió cambios bruscos como ocurría con el autor de
Los Dinosaurios o con el padre de Dalma y Gianina. Es más, el autor de
Ficciones, se
arrepintió (algo que en DAM y en CG parece que no se va a dar) de su apoyo a la dictadura y firmó más de una solicitada por los desaparecidos.
Personalmente, aprecio a aquéllos artistas y deportistas con conciencia sobre la sociedad en la que están viviendo y que buscan hacer algo para mejorarla. Es algo que nadie les pide que lo hagan y sin embargo lo hacen. Pero a los que no tienen un interés en la política y sin embargo toman partido, hay que tomarlos con pinzas porque pueden caer en el pozo de la incoherencia, como pasa con Maradona y con García que son personajes símbolo de la sociedad argentina. Y son proclives a generar más críticas que elogios. Porque queda claro que una cosa es
Cortázar donando fondos a los presos políticos de la dictadura, que García tocando con las Madres. Queda claro que cosa es más noticia que la otra. ¿No?
Etiquetas: Personajes