Un mundo de sensaciones
La han catalogado como una de las grandes obras maestras del cine mundial. Algunos, más audaces, no dudan en decir que es la mejor película que jamás se haya rodado. Este humilde servidor no se arriesgará a decir tamañas declaraciones, solo atinará a decir que esta película se caracteriza por su originalidad y por la profunda imaginación de su director.
La película en cuestión es 8½, que data del año 1963. Película que tuvo críticas que elevaron el prestigio de su director, Federico Fellini, y que encumbraron aún más al gran Marcello Mastroianni (que con Fellini ya había trabajado en La Dolce Vita).
A mi me pareció una película bastante flashera, tiene momentos muy delirantes. Sobre todo al comienzo, la verdad que es muy grossa la escena en la que Guido (Mastroianni) prende la luz del cuarto y empieza a sonar el teléfono mientras, de fondo, se escucha "La cabalgata de las walkirias" de Wagner (gracias Pep).
8½ es una buena opción para los que están hartos del cine-pochoclo. Es algo completamente distinto, el cine europeo maneja otros tiempos totalmente distintos a los del cine estadounidense. Igual, eso lo diferencia cualquier boludo, hasta un chimpancé (diría Marcos de Nueve Reinas). Pero este film carga con mucho delirio, con algo de humor (o "escenas simpáticas") y momentos de drama y filosofía: en un momento, Guido se confiesa y le dice al cura, "Padre, que no soy feliz" a lo que éste le contesta: "¿Y quién te dijo que debería serlo?" Justamente, en clases de filosofía de la facultad estabamos hablando del tema de la felicidad, si esta es posible de obtenerse y quien iba a decir que Fellini me iba a traer otra respuesta acerca de ello.
Ah, otra cosa fundamental para rescatar: los diálogos, muy aceitados, muy naturales. Se ve que no hay sobreactuación, se podría decir que hasta parecen espontáneos.
Para los que no la vieron, el "argumento-base" trata sobre un director de cine que está rodando su próxima película, de la que aún bien no sabe de que corno va a hablar ya que tiene una crisis de creatividad. Además de eso, Guido tiene que lidiar con las mujeres, tanto amantes como con su esposa, resulta que el muchacho es bastante mujeriego o, si nos adecuamos al lenguaje argento de aquélla época, picaflor. También está el tema de la presión que recibe por parte de los productores y de los actores, lo que nos acerca un poco a como es el mundo del cine.
Es una película que requiere atención, es algo compleja, a mi modesto entender, creo que hay momentos en que baja la calidad o se vuelve un poco monótona, como que tropieza... O sea, se quiere llegar a un extremo del surrealismo. Cosa que a mí me pareció un poco tedioso soportar.
Hay que verla si te querés sacar el queso y ver porque ganó 2 Oscars, o ver porque se glorifica tanto a Fellini o decir, con orgullo en una conversación de café: "Yo vi una película de Fellini".
Para concluir, vi en algunos sitios que se elogió y mucho la actuación de Mastroianni. Yo creo que el tipo laburó con bastante naturalidad el personaje, salvo algunas escenas donde, realmente, la caracterización es muy buena. Igual, no es una interpretación para el Oscar (no porque fue deficiente sino porque no requiere muchos riesgos). Voy a profundizar mi crítica sobre Marcello cuando vea las dos películas que baje recientemente y prontas a grabar en el DVD (previa conversión de AVI a DVD, claro está): Divorzio all'italiana y La dolce vita.
Fragmento del film.
Etiquetas: Cultura
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