jueves, 11 de octubre de 2007

Resistir, esa es la premisa



Previo a su estreno, pude ver un avance de Kamchatka en el cine. Luego, por recomendación de un lector de este sitio, el interés mío por la película empezó a brotar. Posteriormente, por otras bocas pude oir elogios hacia el film de Marcelo Piñeyro. Las cartas ya estaban jugadas, el interés creado... era hora de ver la película.

El film lo vi hace un tiempo por la TV, luego lo he vuelto a ver un par de veces más. Y debo decir, independientemente del reconocimiento que la película tuvo en el país y en el exterior, que ésta es bastante dramática, por más que a la película la miramos desde los ojos de un niño (Harry).

Porque creo que el mayor acierto de la película es que, si bien se centra en la época de la dictadura, hay escasos indicios que muestran ese contexto en el que la familia Vicente.
Otro punto interesante es como el pequeño Harry se va a dando cuenta de como es la mano, porque los padres toman la decisión de ir a la quinta a vivir por un tiempo indeterminado. Porque hay que hacer "safarrancho", porque no hay que atender el teléfono... ciertas actitudes, situaciones de las que Harry logra una lectura madura de lo que verdaderamente sucede. Esa lectura se ve ayudada también por el TEG, por la metáfora de Kamchatka, y también por Houdini, el escapista, como Harry corrige cada vez que escucha por otros decir: "Ah, Houdini, el mago".


La película, protagonizada por Ricardo Darín y Cecilia Roth, es necesaria para quiénes no vivimos en la época nefasta de la dictadura militar. Sin demasiada carga política, sin demasiada tendencia, Kamchatka nos da un documento de como era la vida de una familia, cuyos padres disentían con el gobierno opresor de turno.
Y esto que expreso se ve sumamente reflejado en el momento en que Harry (Matías del Pozo, por cierto) habla con su abuelo (Héctor Alterio, caracterización brillante) sobre algunos asuntos de la familia: la mudanza, el cambio de escuela, el despido de mamá, papá se quedó sin estudio porque se lo destrozaron y también, debido a que los militares secuestraron a Roberto (su compañero de trabajo). La cara del Abuelo, luego de oir lo que le cuenta el nieto, representa lo que expresé en el párrafo anterior. Asombro e indignación, son algunos de los adjetivos que podemos descifrar de la expresión del abuelo.


Es una película que hay que ver si nos interesa como era la vida en la época de los militares, sino queremos ver un mensaje político destacado. La película es un testimonio cotidiano.


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1 Comentarios:

Blogger tennisjournalist dijo...

Me gustó mucho Kamchatka. La actuación del chico me conmovió. Sería bueno que nunca olvidemos lo que fue la dictadura militar.
Saludos.

15/10/07 11:50  

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